Newport es un mundo de excepcional elegancia e inspirada arquitectura en el diseño de sus mansiones, interiores y jardines; la ciudad posee impresionante colección de once casas históricas que revelan doscientos cincuenta años de historia de los Estados Unidos, que están siendo recuperadas y conservadas por la Sociedad de Conservación del Condado de Newport, Rhode Island.
Esta asociación es una institución privada sin fines de lucro dedicada a la preservación histórica de las mansiones de la época colonial, construidas durante la “Edad de Oro” de Newport. Nombres como The Elms, Marble House, Rosecliff, Chateau-sur-Mer, Kingscote o la casa de Isaac Bell nos transportan a un mundo refinado y lujoso que hoy les invitamos a conocer a través de una de sus mansiones emblemáticas: The Breakers.
The Breakers es el más grande símbolo de las casas de verano de Newport, y de la preeminencia social y económica de la familia Vanderbilt. El comodoro Cornelius Vanderbilt (1794-1877) construyó su fortuna con empresas de barcos y ferrocarriles, que tuvieron un rol fundamental en el desarrollo industrial de la nación durante el siglo XIX.
Su nieto, Cornelius Vanderbilt II, fue presidente del Ferrocarril Central de Nueva York en 1885, y compró una casa de madera llamada The Breakers en Newport; en 1893 encargó al arquitecto Richard Morris Hunt el nuevo diseño de la casa. Este arquitecto formó un equipo internacional para recrear un palacio renacentista de setenta habitaciones, inspirado en las construcciones genovesas del siglo XVI. Se contrató también al escultor Karl Bitter para los relieves y al arquitecto de Boston Ogden Codman para la decoración de las habitaciones de la familia.
Los Vanderbilt tuvieron siete hijos y la casa fue heredada por la menor de ellos, Gladys, casada con un conde húngaro. Fue la primera casa en abrirse para recaudar fondos para la Sociedad de Conservación del Condado de Newport, que la compró en 1972 y actualmente está declarada Monumento Histórico Nacional.
Con recubrimientos de mármol francés e italiano, bronces, alabastros, yeso rojo y dorado, fue utilizada como residencia de verano de la familia; el Gran Salón de dos pisos de altura muestra una espectacular variedad de pilastras de piedra de Caén de color crema. Cuatro paneles que representan a las Musas están pintados al óleo sobre hoja de plata. Pero la sala más ricamente decorada es el comedor, con columnas de alabastro rosa, una bóveda decorada con tallas, pinturas al óleo y dorado, y dos candelabros de cristal de Baccarat de 12 pies de alto.
Foto: vía Panoramio