NUEVA YORK.- Todos tenemos en la cabeza imágenes de las calles neoyorquinas que proceden de películas o series de televisión como Sexo en Nueva York. Y todos pensamos que, como hacía Carrie Bradsaw en la serie, podemos pasearnos por Times Square en tacones y chaquetita cualquier día del año. Todos lo creemos, hasta que un buen día bajamos de uno de esos vuelos destino a Nueva York.

Porque al llegar aquí la realidad es bien distinta. En invierno, o por las noches, Nueva York es una ciudad gélida. Durante las mañanas de verano, en cambio, es húmeda y bochornosa. El clima aquí es de fuertes contrastes. Y no solo el de la calle. Porque en esta ciudad, les encanta poner el aire acondicionado a todo trapo. En lo que tardas en pasar de la calle al andén de metro, la temperatura baja más de 10 grados.

Para combatir el sofocante calor de estos días, los neoyorquinos tienen sus recetas. Además del aire acondicionado, muchos son los que aprovechan las sombras de Central Park, los que van a cualquier lugar pertrechados de botella de agua y gafas de sol, y los que se acercan a la playa.

Uno no se imagina Nueva York, como una zona de playa. Y realmente no lo es. Hay que salir del corazón de la urbe para llegar al ansiado océano. Nosotros, te recomendamos tres de las que más gustan entre los neoyorquinos. Así que si estás en la ciudad de los rascacielos abrasándote en casa, ¡vente con nosotros!

Long Beach, es posiblemente la playa más popular de la ciudad. Se puede llegar a ella desde Penn Station, cogiendo uno de los trenes de la línea de Long Island. Después de una hora de tren, te plantarás en uno de los lugares más refrescantes kilómetros a la redonda. La larguísima playa, que hace honor a su nombre, es frecuentada tanto por jóvenes y adultos como por familias con niños. Eso si, intenta no ir en fin de semana. Hay el doble de gente, y cobran 10 euros de entrada.

Fire Island, es otro de los destinos favoritos de los habitantes de esta ciudad. Tiene un público mayoritariamente gay, pero su calmado ambiente (debido a la ausencia de coches) hace que cada vez más familias y jóvenes se acerquen hasta allí. En verano la isla se llena de turistas, por lo que los precios son más elevados. Es mejor acercarse en primavera y otoño, meses más tranquilos. No olvides que los vehículos privados están prohibidos. La forma más fácil de desplazarse por la isla es andar, montar en bicicleta o ir en barco.

Las olas de la playa Hampton, la hacen ideal para practicar surf. Pero además de bañarse y tomar el sol, se pueden hacer otras muchas cosas. Todo el paseo que recorre la playa de Hampton cuenta con los elementos habituales de cualquier playa española: desde chiringuitos donde atracarte a marisco, hasta puestos donde hacerte tatuajes, retratos o trenzas. Y cuando el sol cae, la playa de Hampton sigue viva. Muchas noches hay fuegos artificiales, actuaciones o conciertos en los alrededores del paseo marítimo.

¿Y cual es tu receta, estés donde estés, para combatir el calor de estos días? ¿A qué playa te gusta ir pillar vuelos low cost cada verano? ¡Comparte en los comentarios!

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