Viaje a Nueva York

Hace una semana, decidí volar a Nueva York. Mala idea la mía. Durante ocho horas de vuelo, tuve que apañarme con un espacio de aproximadamente un metro cuadrado. Ocho largas horas sin moverme de una pequeña burbuja en la que, cuando al de enfrente se le ocurrió la dolorosa idea de reclinar el asiento, no puede ni leer el periódico, ni abrir la pantalla del portátil. En las que mis rodillas, a duras penas, consiguieron introducirse en el macabro sándwich de asientos que la desalmada compañía aérea llamaba “cabina de clase turista”.

Esta vida del viajero de vuelos económicos es muy arrastrada. Porque durante todo el trayecto, todo lo que pude comer fueron tres albóndigas y dos patatas. Y todo lo que emitieron, desde lejanas pantallas de televisión (a cinco o seis filas a lo lejos) fue la película de la cantante adolescente Hannah Montana. No me sorprendió por tanto, que para escribir este artículo desde mi portátil, tuviera que esperar a que el señor de delante pusiera recto su asiento.

Así que, si planeas un viaje transoceánico en avión y no quieres morir en el intento, no te olvides de poner en práctica unos cuántos consejos que te damos para hacerlo más llevadero. Eso sí, contra las albóndigas frías, el señor con tufillo de al lado, y Hanna Montana, poco podemos hacer. Aun así, toma nota, seguro que luego nos lo agradeces.

  • No te olvides de un buen jersey de lana, por si les da por poner el aire acondicionado a todo trapo o llegas por la noche al aeropuerto de destino. Te avisamos, la noche neoyorkina suele ser bastante fría.
  • En un vuelo largo, los que peor lo pasan son los fumadores habituales. Si no quieres que el mono haga acto de presencia a las pocas horas de embarcar, llévate unos cuantos parches de nicotina.
  • Para combatir el dolor de oídos al despegar y aterrizar (causado por el cambio de presión), no hay mejor remedio casero que comer chicle.
  • Si eres de buen comer, y no te vale durante las ocho horas con las tres albóndigas que me dieron a mi, tráete bocata de casa. Advertido quedas.
  • Te recomendamos que te quites los zapatos durante parte del trayecto. Aguantar las ocho horas con ellos puestos, en un espacio tan reducido, puede provocar hinchazón y dolores. Eso sí, no te olvides de los calcetines. No queremos que atufes al de al lado.

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  1. eres un quejica, joder!!!!!!!!!!!!!!! ocho horas de vuelo no es nada!!! que pedazo de mindundi que eres!!! que poco mundo has visto… en serio, indignante, sin palabras que hayas resumido un viaje asi.

    Comentario por Tyler
    24-08-2010 @ 12:48 am
  2. Estoy de acuerdo con Tyler….qué poco viajadito estás tú,mamma míaaaa…!!

    Comentario por Bea
    06-01-2011 @ 4:02 pm
  3. Sobre los consejos, es como no decir nada. Pues todo lo que dices se puede improvisar en el camino, salvo lo de una chaqueta fina impermeable que llevo en todos los viajes de avión por lo del aire, pero eso es común a todos los viajes, cortos o largos, ya te podías haber esmerado un poco más.

    Comentario por miguel
    17-05-2011 @ 7:09 am