Homer

Homer es un pintoresco pueblo sobre la bahía de Kachemak, con impresionantes vistas a los glaciares y montañas. Si algo les resulta familiar, es porque el escritor Tom Bodett lo ha hecho famoso con sus cuentos como “The End of the Road”.

También es conocida como la “aldea cósmica del mar”. Si llegan en septiembre, podrán disfrutar del festival de pesca del halibut, pero tiene muchos otros atractivos como el Festival de Aves Costeras en septiembre, el carnaval y el torneo de pesca de salmones en el mes de marzo.

Para saberlo todo acerca de Homer, lo mejor es comenzar por el Centro de Visitantes. Llamado también Founder’s Floor, cuenta con una impresionante vitral circular realizado con más de mil piezas de vidrio por la artista Pamela Brodie; sus representaciones del cielo, el océano y la tierra aluden a los diferentes estilos de vida de la región y la idea de un medio ambiente sano.

Uno de los lugares para visitar más sorprendentes de Homer es el Museo de Peines de la familia Miller. Alberga más de tres mil peines y peinetas ornamentales y según el Antique Comb Collectors Club International ¡es el más grande del mundo! Se encuentra abierto de mayo a octubre con reserva previa y el precio de la entrada es a voluntad del visitante.

Los fundadores del Museo son Ralph y Betty Miller, nacidos en 1933 en Lebanon, Oregon, en el valle de Willamette, que se casaron en 1951 y tuvieron dos hijas, Christine y Sandy, antes de mudarse a Alaska en 1956.

Ella era cosmetóloga y él se dedicaba a la construcción. Sus comienzos en Homer fueron difíciles, pero Betty había comenzado a coleccionar objetos de peluquería como pinzas y peines, que compraba en los mercados de pulgas. Con el tiempo llegó a reunir una colección de 3000 objetos que incluyen artefactos esquimales e implementos antiguos e históricos.

Si la idea es quedarse, encontrarán la tradicional hospitalidad sureña en sus hoteles, moteles y posadas, ByB y cabañas o casas rurales. Si prefieren el contacto con la naturaleza, pueden elegir acampar en alguno de los parques estatales o campings privados.

Comer no será problema: Homer tiene muchos cafés y restaurantes para explorar, pero no deben dejar de probar el salmón en distintas preparaciones. Es muy fácil llegar a Homer, que se encuentra a 110 Km. por una carretera escénica de vuestros vuelos Anchorage, transitable todo el año. Son cuatro o cinco horas de viaje con espectaculares vistas. Pueden tomar el autobús desde Anchorage, y si llegan en temporada encontrarán minibuses y transportes turísticos. Dentro de la ciudad será fácil moverse en taxi, en bicicleta o a pie.

Foto: vía WikiCommons

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