Los seattlelitas tienen fama de bebedores de café. De hecho, fue precisamente en esta ciudad donde nació Starbucks, hoy en día una multinacional con más de 15.000 cafeterías, en 43 países de los cinco continentes. Nos vamos a esta ciudad de pasión cafetera, para recordar como se fundo una de las cafeterías más populares del mundo.
Starbucks empezó como negocio de venta de granos de café en 1971, y más tarde se trasladó a este local (su primera cafetería) en 1976. A España llegó en el 2002 y en la actualidad cuenta con unos 70 establecimientos, la mayoría en Madrid y Barcelona.
Pero volvamos a Seattle. Tanto los amantes del café como los turistas con afición por el mundo de los negocios disfrutarán de una visita al establecimiento más antiguo de la cadena en el número 1912 de la calle Pike Place, a dos pasos del emblemático Pike Place Market.
A diferencia de la mayoría de Starbucks, aquí no hay sillones donde sentarse a charlar, leer una revista o trabajar con el ordenador portátil gracias a una conexión wi-fi. Este establecimiento es diferente pero retiene el aire de cafetería europea en el que se inspiró Howard Schultz para crear los Starbucks tal como los conocemos hoy.
Desde la calle, se ve como el logotipo original decora la entrada del establecimiento. Es de color marrón café, no verde como el actual, y la sirena que sirve de motivo central aparece con los pechos y el vientre descubiertos. Por muchas versiones ha pasado desde entonces el icono de la marca.
Dentro, tazas y termos con la histórica insignia ocupan las estanterías al otro lado de la barra, donde los más cafeteros, hacen cola ordenadamente esperando a pedir sus dosis mañaneras de espresso. Schultz compró el negocio original de venta de café a mediados de los años ochenta y lo transformó en el equivalente americano del bar español.
Su visión de crear un oasis en medio de la ciudad donde relajarse y tomar un buen café cuando estamos fuera de casa o de camino al trabajo, tuvo tanto éxito que la franquicia se multiplicó rápidamente dentro y fuera de Estados Unidos. Hoy en día, la cultura del ‘caffè latte’ ya no es un privilegio de los habitantes de esta ciudad. En cualquier metrópoli puede verse a ejecutivos encorbatados con su vaso de café en la mano de camino a la oficina.
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