Williamsburg

Una vez cruzas el famoso puente de Williamsburg que separa el Lower East Side de Manhattan, del barrio de Brooklyn, uno siente como si cambiara de ciudad. Deja atrás el trasiego continuo, los rascacielos y el tráfico de la Gran Manzana, para dar paso a una zona mucho más tranquila, sosegada y posiblemente diferente al concepto de Nueva York que uno tiene en mente antes de llegar hasta aquí.

Este barrio, uno de los rincones más trendy del paisaje neoyorquino, es uno de los de mayor diversidad étnica de la ciudad. Un lugar donde no importa de donde vengas ni quien seas. Un oasis muy diferente al pijerio de la Quinta Avenida o los estridentes luminosos de Times Square.

Al igual que su hermano mayor Brooklyn, Williamsburg es una zona donde vive gran parte de la gente que cada día va en ferry a trabajar a Manhattan. Aunque es mucho más que la típica zona residencial. Por su condición de barrio moderno y “cool”, está plagado de locales alternativos.

Para llegar a Williamsburg desde Manhattan tienes varias opciones. Puedes venir en L Train desde la estación de Union Square o en las líneas de metro J, M o Z. Aunque lo mejor es cruzar el Puente de Williamsburg desde el Lower East Side de Manhattan, y ver como la Estatua de la Libertad y los rascacielos de la isla van alejándose paso a paso.

Una vez aquí, para comprarte el modelito, te aconsejamos que rebusques entre el mercadillo de ropa vintage de Williamsburg. Si prefieres perderte en un universo literario, ve a la librería “Spoonbill&Sugartown” (cuyas repletas estanterías siempre llevan a agradables descubrimientos), o al mercadillo de libros que se monta cada sábado en Bedford Avenue. Y si lo que buscas es música, no dejes de pasarte por “Earwax”. Dentro, tienen una gran selección de discos tanto nuevos como de segunda mano. Te garantizamos que encontrarás algún tesoro oculto.

Si quieres parar a repostar”, los mejores cafés están en Bedford Avenue, la arteria principal de Williamsburg. Allí hemos encontrado el “Roebling Tea Room”, que además de una amplia gama de bebidas ofrece magnífica comida. Aunque los vecinos del barrio confiesan que prefieren la nueva cafetería “Blackbird Parlour” (en el 197 de North 6th Street) que abrió recientemente.

Si te va la comida mejicana, seguro que disfrutas comiendo en “Surf Bar”. El restaurante, decorado al más puro estilo “chiringuito de playa”, tiene tumbonas sobre un suelo de arena fina. Todo un espectáculo de local, con terraza a la calle y patio en los días de verano. Su fantástico brunch, solo cuesta 12 dólares. Por cierto, por si te dejas caer de noche, que sepas que presumen de cócteles. Habrá que probarlos.

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