Sanibel y Captiva son dos islas frente a la costa occidental de la Florida, actualmente un perfecto destino vacacional para toda la familia o escapadas románticas; sin embargo, tiene una larga historia que nace con la cultura india Canusa y continúa con la llegada de buques españoles.
Podemos aprender acerca de esta historia en el Museo Histórico de Sanibel, que alberga entre otras exposiciones una recreación del estilo de vida en la isla a principios del siglo XX, y varios edificios históricos como la oficina de Correos, un salón de té y la tienda de Baileys que funcionó como centro comunitario hasta 1960. Otras salas contienen fósiles, artefactos de un naufragio español y exposiciones de la cultura nativa de más de dos mil años.
Conozcamos el casco antiguo de Sanibel, en el extremo oriental de la isla, cerca del faro. Históricamente fue el centro de las actividades y actualmente es un pintoresco paseo histórico que se puede hacer a pie o en bicicleta bordeado de manglares. La Villa y Museo Histórico de Sanibel fue fundada en 1982 como un homenaje a los pioneros; cada edificio fue trasladado y restaurado para recuperar su aspecto original y la visita se realiza con la guía de docentes y voluntarios.
Aquí podremos conocer ocho edificios históricos de fines del siglo XIX, como la antigua tienda de Bailey, la sala de té de Miss Charlotta, la oficina de correos y la escuela, trasladada hace pocos años y que hasta entonces había funcionado como teatro. Las casas están decoradas con motivos de principios del siglo XX y podremos ver también un jardín clásico de la época, un antiguo camión Modelo T y réplicas de implementos agrícolas.
Cerca de la villa se encuentra el Faro de Sanibel, que se puede visitar; construido en 1884, y completamente automatizado en 1949, tiene forma piramidal, una altura de plano focal de 98 metros y continúa ayudando a los navegantes a llegar a puertos seguros.
Otras cosas para hacer en la isla son visitar el Refugio de Vida Silvestre Ding Darling y realizar actividades relacionadas con el turismo activo como ciclismo, pesca, golf, buceo y navegación; observación de aves, fotografía y disfrutar de su oferta cultural en expresiones artísticas, teatrales y musicales. El raro nombre de esta villa parece ser resultado de una deformación de la nomenclatura de mapas españoles que señalaban el punto como “Puerto de S. Nivel”.