El estado de Vermont, en el límite con la provincia canadiense de Québec, es uno de los más pintorescos de la región de Nueva Inglaterra, en especial el valle y orillas del Lago Champlain. Precisamente aquí se encuentra Shelburne, con sus preciosas granjas rurales muy buscadas por los turistas.
Si desean saberlo todo acerca de la vida rural, historia y cultura de Shelburne, deben visitar el Museo Shelburne, uno de los más grandes, diversos y no convencionales museos de los Estados Unidos; de hecho, una muestra de historia viva, pues abarca 39 edificios históricos distribuidos en 18 ha. en los que se exponen más de 150.000 obras de arte que abarcan en total trescientos años.
Aquí podremos ver pinturas impresionistas, arte popular, colchas y textiles, artes decorativas, muebles, y una deslumbrante variedad de artefactos de los siglos XVII a XX, y las mejores colecciones de los Estados Unidos de arte popular del siglo XIX, textiles y carruajes.
El Museo Shelburne fue fundado en 1947 por Electra Havemeyer Webb, quien vivió entre 1888 y 1960, una de las pioneras del coleccionismo de arte popular. Consiguió la reubicación de veinte estructuras históricas de Shelburne, que incluyen casas, graneros, un aula de escuela, un faro, una cárcel, un almacén de ramos generales, un puente cubierto, y el famoso barco de vapor Ticonderoga.
Visitar el Museo Shelburne es una experiencia única, tal como lo quiso su fundadora: un proyecto educativo, variado y vivo que permite recorrer un pueblo entero y disfrutar de la notable arquitectura de Nueva Inglaterra a través de sus casas y jardines.
Los jardines ocupan un lugar muy especial: veinticuatro jen total, miles de flores e inclusive un huerto, una de las atracciones favoritas del Museo. Los jardines se mantienen en forma ecológica y cada año se agregan otros nuevos. El Jardín de la Fuente Danby nos da la bienvenida con sus hermosos colores; otro notable es el Circus Building Day Lily Garden, con más de 1.700 lirios de día en 38 variedades.
Queda mucho en el tintero, pero los visitantes no querrán dejar el Museo Shelburne sin explorar las cuatro cubiertas del Ticonderoga, comer algo en su restaurante o al aire libre en las mesas de picnic y pasar por su tienda de recuerdos.
El museo se encuentra en el 6000 del camino Shelburne; permanece abierto de domingos a sábados, y la entrada sirve para visitarlo dos días consecutivos. Los menores tienen descuento, hay un día gratis para la familia y se paga la mitad del precio después de las 16. Es accesible para todos y es muy fácil llegar por carretera o tren; a sólo 20 minutos de la ciudad se encuentra el Aeropuerto Internacional de Burlington, que recibe vuelos de las principales ciudades.
Foto: dbpedia