Sin desmerecer la riqueza de su historia, no cabe duda que en la actualidad no existe hijo más ilustre de Maryland que Michael Phelps, el “tiburón de Baltimore”, el muchacho que lleva a cuestas el excelso honor de ser el medallista olímpico más exitoso, tras alcanzar 8 medallas de oro en los juegos pasados. Y es cierto que su traspié al ser fotografiado inhalando marihuana ha golpeado su imagen, pero todavía Phelps sigue siendo un grande en la historia de la natación mundial.
Pero Maryland tiene otras cosas de qué enorgullecerse, como el Parque Nacional Monte Catoctin, un magnífico bosque protegido y senderizado, ideal para los paseos, el picnic, las caminatas, un lugar bastante romántico y de hermosos paisajes.
El Glen Echo Park, por otra parte, que en principio era un terreno destinado a la construcción de una recinto para asambleas en favor de la educación en 1891, 7 años más tarde se convirtió en el primer parque de diversiones de la ciudad. Aunque hoy en día la educación juega un rol importante en las actividades del parque.
También encontramos el Parque del Fuerte Washington, del Fuerte Foot, entre otros, los cuales sirven para mantener viva la memoria histórica de los residentes y brindan a los turistas interesantes alternativas para emprender interesantes excursiones por la Historia.
El Estado de Maryland fue fundado en 1778 y se ubica en la zona noreste de los Estados Unidos. El origen de su nombre se debe a un homenaje a la Reina Enriqueta María de Francia, esposa del Rey Carlos I de Inglaterra. La capital de Maryland es Annapolis, pero es Baltimore su ciudad más poblada y, probablemente, más conocida.
La principal vía de acceso a Maryland es a través del Aeropuerto Internacional de Baltimore, aunque su tradición ferroviaria es una de las más antiguas de su país, pues se inauguró en 1828, que entonces fue un sistema ferroviario único en su tipo porque transportaba mercaderías y pasajeros en un mismo ferrocarril.