¿Hay algo más típico de Nueva York que sus taxis? Bueno, si, Times Square, las camisetas de I love NY o la 5 Avenida. Pero, bromas aparte, los coches amarillos que recorren de punta a punta la ciudad, son uno de los iconos neoyorquinos por excelencia. Los hemos visto en infinidad de ocasiones en infinidad de películas y series de televisión y ya forman prácticamente de nuestras vidas aunque no hayamos pisado la capital del mundo.
El taxi (conocido en la ciudad de los rascacielos como yellow cab), es sin duda el medio de transporte más utilizado en Nueva York, y prueba de ello son los miles que se pueden ver a lo largo y ancho de Manhattan transitando sus calles. En taxi puedes llegar a cualquier lugar de la ciudad, incluso a cualquiera de los cinco distritos de Nueva York.
Los taxistas neoyorkinos son aprovechados de profesión. Con el tema de la propinas les das la mano y te cogen el pie en menos de lo que te lo estoy contando. En ocasiones, si consideran que la propina que les das es poca, no te dejan bajarte hasta que les pagues lo que para ellos es el “precio justo”.
Además, y cuando el tráfico lo permite, parecen llevar el pie pegado al acelerador. Todavía me acuerdo de un viaje que hice en mi primera noche en NY el verano pasado. Después de un eterno viaje en el que mi vuelo (uno de esos vuelos de última hora que te hace perder la noción de en que hora vives) se había retrasado y yo llegaba a la ciudad de los rascacielos con horas de retraso, de madrugada, y con un jet lag impresionante, en un punto a mitad de camino entre el aeropuerto y el apartamento llegue a pensar que mi muerte iba a producirse allí mismo: en un taxi amarillo. Porque menuda manera de coger los baches tenía aquel hombre. ¡Qué velocidad punta!
La mayoría de taxistas, son indios, y te sorprenderás de que se dedican a hablar entre sí durante todo el viaje por sus “ultramodernos” manos libres y pinganillos varios sin apenas darse cuenta de a quién o a dónde te llevan exactamente…eso, unido a que hay una televisión acoplada en la parte trasera del asiento del conductor para que los pasajeros puedan ver las noticias o consultar el tiempo mientras viajan, te hará darte cuenta, provinciano, de que estás en Nueva York.
Cosas de la ciudad de los rascacielos y sus modernidades. Por si acaso, te dejo algo de información extra: